La idea de una perfecta primera cita es simplemente dejarnos tan involucrados, que sintamos la necesidad de volver a hacer una segunda cita.
Todos, en algún momento de nuestras vidas, nos obsesionamos con la primera cita, esa primer encuentro a ciegas que consigues después de estar hablando algún tiempo con alguien por una aplicación. Nos preocupamos por dar una buena impresión, por hacerlo todo bien y no arruinar las cosas.
Pero, ¿qué pasa con esos encuentros casuales que rápidamente y a lo largo de la noche se vuelven una primera cita?Claro, una cita la cual no planeaste y en la mayoría de los casos termina en algo sexual, ¿tendremos una segunda cita?, ¿fue cosa de una sola noche o no nos volveremos a ver?
Hace poco les conté esa historia de la que todos podrían pensar, “una noche de copas, una noche loca”, pero lo que ustedes no saben aún es que a la mañana siguiente, al despedirnos, intercambiamos números y hemos estado hablando, conversaciones por whatsapp y largas llamadas, al parecer los dos quedamos interesados en algo más que una sola noche de juegos y pasión.
¿Una segunda cita? Claro, sin pensarlo dos veces. Esto solo significa que los dos estamos interesados, cosa que aumenta el riesgo ya que todas las expectativas van subiendo y esta es la oportunidad perfecta para mostrar nuestra personalidad.
Un punto neutro en la ciudad, la hora adecuada luego del trabajo de cada uno, el día propicio por si las cosas se alargan y terminamos nuevamente en su cama o esta vez en la mía. Encontrar el lugar adecuado ya es fácil, ya hemos hablado bastante, ya hemos compartido algunos de nuestros gustos.
Entramos al punto de recordar esos tips para no arruinarlo: no hablar sin parar, él también debe hablar… no es momento de compartir historias de nuestra infancia… hablar de futuro, recuerda no estas enamorado, solo están en una cita, no lo espantes con los nombres de los perros y a donde irán de vacaciones a fin de año.
Por suerte todo salió bien, mejor de lo esperado o lo planeado, quizá se lo debemos a que ya no estamos enfocados en seguir buscando cosas grandes, ahora solo estamos concentrados en aprovechar el tiempo, en dejarnos llevar y dejar que las cosas fluyan por sí solas.
Por supuesto les contaré algunos detalles más, fuimos por un café, la conversación fue agradable, nuevamente intercambiamos sonrisas y nuestras miradas quedaron fijas por varios momentos, luego de un rato, ya no fue café, fueron unas cervezas las que acompañaron nuestra mesa, sexualmente sabíamos que nos habíamos entendido y era hora de volverlo a comprobar.
En esta ocasión no terminamos en su cama, pero si en su casa en donde su sala y su cocina en esta ocasión fueron los testigos de nuestros juegos sexuales, pasionales, versátiles, mojados y muy apasionados para los dos.
¿Se lo debemos todo al juego limpio de la primera vez? Sin duda a eso le debemos mucho. Lo importante es que no solo tuvimos buena química si no que al momento de llegar a la cama, pudimos explorar, descubrir y encontrar dos cuerpos sin ningún problema, estábamos completamente seguros sin necesidad de decirlo, de que gracias a un #JuegoLimpio, la invitación a una segunda vez quedó abierta.
Esta historia continuará…